Antes de viajar a un nuevo país, un viajero experimentado definitivamente estudiará información sobre un área en particular, costumbres y costumbres de su población. Este conocimiento será de gran utilidad para cualquier turista. Incluso si no va a salir del hotel y la playa, puede ser necesario contactar a un residente de esos lugares. Y mientras camina por una ciudad o pueblo desconocido, la ignorancia de las costumbres locales puede convertirse en problemas graves.
La mejor opción para cualquier turista es contar con un guía experimentado con anticipación para caminatas individuales y excursiones en grupo. Las organizaciones turísticas modernas imponen mayores exigencias a los representantes de esta profesión, que requieren conocimientos versátiles. Pídale al guía un certificado profesional que confirme su elegibilidad para este trabajo.
La ausencia de una barrera del idioma le permitirá comunicarse fácilmente con la población local. Un buen guía habla no solo idiomas extranjeros, sino también diferentes dialectos y conocimientos específicos de las características culturales y étnicas del país. Te serán útiles, incluso si eres políglota o has visitado el estado de un grupo lingüístico cercano a ti.
Mientras se encuentre en el territorio de una gran zona turística, cuando hable con un residente local, no puede tener miedo de nada: los empleados del restaurante, el hotel, la playa y los puntos de venta cercanos serán extremadamente amables con usted. Además, cuenta con su propio servicio de seguridad.
Sin embargo, fuera del hotel, la gente común puede ser muy agresiva, especialmente en las aldeas que viven solo a expensas de atender a los visitantes. Para ellos, eres "rico" y "vago". Según los viajeros, hay una tendencia: cuanto más te alejas de los territorios "de servicio", más hospitalario se vuelve el entorno. Pero viajar como un “salvaje” es muy arriesgado, incluso en el país más amigable.
Si por alguna razón se encuentra fuera del complejo sin un guía, siga estas sencillas reglas cuando se comunique con los lugareños.
Compórtese con modestia y moderación, trate de no usar gestos activos. Cada país tiene su propio sistema de gestos. Tus movimientos aparentemente inofensivos pueden parecer extremadamente indecentes y desafiantes para los demás.
Intente ponerse en contacto con un representante del mismo sexo y edad. La pregunta de una niña a un hombre (independientemente de su contenido) puede malinterpretarse. Una conversación entre un hombre y una mujer local (especialmente en un país patriarcal) puede generar serios problemas.
Evite los templos locales si no forman parte del programa oficial de excursiones turísticas. Debido al desconocimiento de las costumbres locales, es fácil cometer errores de comportamiento e incluso cometer sacrilegios. No intente hablar con los adoradores.
Busque temas neutrales en su conversación. Ciertas conversaciones en un país pueden ser tabú o tácitamente tabú por razones políticas, religiosas o éticas. En ningún caso hable negativamente sobre la vida y el orden local.
No te comuniques con personas borrachas y no busques un interlocutor tú mismo, estando borracho. Esta regla existe más allá de los límites temporales y espaciales. En una compañía de borrachos, corre el riesgo de tener problemas sin importar dónde se encuentre: en un país asiático exótico, una ciudad europea civilizada o en Rusia, en el momento de la celebración del día de las tropas aerotransportadas.
La cultura de la comunicación en un país extranjero es un sistema complejo de tradiciones y rituales. Si no tuvo tiempo para dominar sus detalles, observe las reglas universales del diálogo: compórtese de manera simple, cortés y enfáticamente benevolente. Tienes la oportunidad de aprender muchas cosas asombrosas sobre el estado y sus habitantes, que no se pueden leer en ningún libro histórico ni en folletos de viajes.