El Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia ha emitido un comunicado oficial en el que recomienda a los rusos que se vayan de vacaciones a Egipto que tengan más cuidado en este país. En particular, no se recomienda a nuestros compatriotas viajar fuera de sus resorts.
Esta recomendación está relacionada con la mayor incidencia de manifestaciones y otras acciones públicas masivas en Egipto, que recientemente terminaron en enfrentamientos entre manifestantes. Una vez en el área donde se llevan a cabo, los vacacionistas pueden involuntariamente convertirse en participantes en eventos que amenazan su salud y su vida. Así, durante el último incidente, un grupo de personas no identificadas atacó a los manifestantes frente al edificio del Ministerio de Defensa egipcio. Al mismo tiempo, los atacantes arrojaron piedras y cócteles Molotov a los manifestantes. El resultado es triste: 11 personas murieron por disparos en la cabeza, más de 200 resultaron heridas.
La situación política en Egipto se ve agravada actualmente por estallidos de violencia en torno al programa de reforma del gobierno diseñado para crear las condiciones necesarias para el desarrollo socioeconómico sostenible de Egipto. Los opositores a la reforma exigen a la cúpula militar del país que transfiera inmediatamente el poder al gobierno civil, y también protestan contra la expulsión de la carrera presidencial de Abu Ismail, descalificado porque su madre tiene doble nacionalidad.
Quienes no están de acuerdo creen que la comisión electoral tomó tal decisión únicamente bajo la presión de los militares, lo que impide que los islamistas radicales lleguen al poder. Además, se culpa a la dirección militar de la inacción criminal durante el ataque al campo salafista. Esto provocó una amplia resonancia en la sociedad: varios candidatos presidenciales suspendieron a la vez sus campañas electorales, se cancelaron los debates políticos entre los principales candidatos.
El liderazgo militar egipcio se ha mostrado completamente impotente para detener la violencia, aunque tenía la intención de garantizar la paz y la seguridad de los ciudadanos durante la elección de un nuevo presidente del país. A pesar del ultimátum sobre el traspaso de poder que les presentan los salafistas y los liberales, no quieren mantenerlo después del 30 de julio, cuando se espera la toma de posesión oficial del presidente electo.