A menudo, al regresar de unas vacaciones tan esperadas, la gente no siente una oleada de fuerza, sino desaliento y melancolía. La depresión posterior a las vacaciones es un problema que cualquier persona puede enfrentar, pero existen pautas simples para ayudarlo a evitar o aliviar la afección.
Incluso las vacaciones más agradables y gratificantes pueden terminar en depresión posterior a las vacaciones. Los psicólogos señalan que muchas personas solicitan la renuncia por voluntad propia después de regresar de las vacaciones, al no poder hacer frente a experiencias difíciles y desilusiones. Alguien puede considerar esta pereza, pero hay razones objetivas para este estado, que se encuentran en las profundidades de la psique humana.
Causas del síndrome posvacaciones
Parecería que la gente se va de vacaciones para relajarse y descansar, pero a menudo un pasatiempo agradable durante unas vacaciones legítimas es tan inusual y diferente de la forma de vida habitual de una persona que ese contraste se convierte en una verdadera fuente de estrés. En vacaciones, una persona no está sujeta a obligaciones laborales, puede permitirse el lujo de ser despreocupado, no necesita limitarse a sí mismo. Volver al trabajo en un entorno familiar es percibido por la psique como una gran pérdida, como separarse de una persona importante. A menudo, al comenzar a trabajar, las personas se sienten deprimidas, enfrentan episodios de irritabilidad, dolores de cabeza y trastornos del sueño. El cuerpo se niega a reconstruirse en el anterior régimen "no libre", y todas las manifestaciones negativas del síndrome posvacaciones son una reacción del cuerpo y la psique a estos cambios.
Descansamos adecuadamente
Para deshacerse del síndrome posterior a las vacaciones, o al menos minimizar sus manifestaciones, es necesario recordar las reglas del descanso saludable.
- Las vacaciones no deben ser demasiado largas ni demasiado cortas. Los psicólogos señalan que el período de descanso más óptimo es de dos a tres semanas. Durante este tiempo, la persona se adapta a un nuevo ritmo de vida, se relaja y recibe la energía suficiente para volver tranquilamente a su rutina habitual. Por desgracia, no todo el mundo puede permitirse unas vacaciones únicas de dos semanas e ir a descansar unos días. Una semana es un período demasiado corto durante el cual el cuerpo no tiene tiempo para descansar o acostumbrarse a las condiciones cambiantes de la vida. Volver a las realidades anteriores después de que la psique percibe un descanso tan corto como un estrés grave, los biorritmos fallan, el reloj biológico de una persona comienza a funcionar incorrectamente, lo que afecta negativamente su rendimiento y estado emocional.
- Elija el nivel de actividad óptimo. Unas vacaciones demasiado ocupadas, llenas de excursiones, entretenimiento extremo y una apretada agenda de visitas a varias atracciones, pueden jugar una broma cruel y, como resultado, al final de las vacaciones no sentirá una oleada de energía, sino un colapso. El descanso pasivo, en el que no hay impresiones ni actividad física, también es desfavorable. Encuentra un término medio.
- Aquellos que se ven obligados a trabajar duro y duro también están en riesgo. Cuanto más difíciles y tensas son las condiciones de trabajo de una persona, más sufre las vacaciones: el contraste entre el ritmo de trabajo y el descanso es demasiado grande. Además, el grupo de riesgo incluye personas a las que no les gusta su trabajo, que no disfrutan de su propio campo de actividad, que no tienen amigos en el equipo. La renuencia a volver con jefes hostiles y tareas no demasiado interesantes también puede conducir al síndrome postvacacional.
¿Qué hacer?
Nadie es inmune a la depresión, el abatimiento y la tristeza después de unas vacaciones, incluso aquellos que aman sinceramente su trabajo. Para que la transición del descanso al trabajo sea más indolora y cómoda, los psicólogos recomiendan regresar a casa 2-3 días antes del inicio de una nueva semana laboral. Este período de "amortiguación" entre las vacaciones y el trabajo es muy importante: le permite ir gradualmente y sin estrés al ritmo habitual de la vida.
Si es posible, no asuma tareas demasiado grandes justo después de sus vacaciones. Evite las negociaciones responsables, las horas extraordinarias y el trabajo desde casa. También ayudará a suavizar el contraste entre el descanso y el trabajo. No se recomienda implementar nuevos proyectos inmediatamente después de regresar; se sentirá mucho más cómodo al terminar un trabajo iniciado anteriormente, que ya es familiar y no está acompañado de estrés.