Los rusos que prefieren las vacaciones activas buscan anualmente países de interés para visitar. Mientras tanto, en nuestra patria hay muchos lugares dignos de atención. Uno de ellos es la vista de Siberia - cueva de Kungurskaya.
La cueva está ubicada en la región de Perm, cerca de la ciudad de Kungur. Se hizo famoso por su aire cristalino y muchos lagos hermosos. Hay casi 50 grutas en esta cueva, que los turistas de todo el mundo se esfuerzan por admirar.
A petición de los visitantes, se puede realizar una excursión temática en la cueva de Kungur o se pueden incluir elementos de un espectáculo de láser en el programa. Ha habido casos en los que se celebraron bodas aquí.
La edad de la cueva es impresionante: más de diez mil años. En fuentes escritas, se mencionó por primera vez en el siglo XVIII; la primera excursión se realizó en 1914. La cueva reveló sus secretos a uno de los primeros visitantes: la cuñada de Nicolás II, la princesa Victoria von Battenberg. En 1948, se estableció una estación científica en la cueva, gracias a la cual se descubrieron muchos lagos y grutas.
Se rumorea que Yermak pasó el invierno en estos lugares en el siglo XVI antes de ir a Siberia. Prueba de ello es la cruz, los iconos y la cripta de piedra que se encuentran en las grutas. Sin embargo, hay otra opinión: estos rastros fueron dejados por los viejos creyentes escondidos.
Hay otras leyendas sobre la cueva. Uno de ellos habla sobre el misterioso espeleólogo blanco, que se muestra solo a personas con mala conciencia. Otro cuenta cómo una niña, Louise, hija de Victoria von Battenberg, se cayó en los escalones y se rompió la rodilla. Posteriormente, creció hasta convertirse en reina y se casó con el rey sueco. Todo estaría bien, pero las chicas solteras desde entonces se rompen las rodillas deliberadamente aquí, queriendo repetir el feliz destino de Louise.
Aunque la cueva se extiende por casi 6 kilómetros, no más de 1, 5 de ellos están abiertos a los turistas. Pero incluso esto es suficiente para obtener una experiencia inolvidable de lagos increíblemente limpios, cuevas frescas incluso en veranos calurosos, estalactitas y estalagmitas centenarias.
Las grutas se abren a una asombrosa belleza natural. Diamante: patrones de hielo asombrosos; Polar: una columna de hielo que se asemeja a una cascada helada; Ruinas de Pompeya: esculturas de una tortuga y un cocodrilo creadas por la naturaleza misma, Escultural: una princesa rana de piedra.
Todo esto en un solo conjunto es un monumento natural único del que es imposible apartar la vista.