Una ciudad que emocionó a A. P. Chejov con su belleza y romance. Una ciudad en la que más de 400 gondoleros montan turistas por los canales. Una ciudad de arquitectura incomparable. Una ciudad donde las chicas sueñan con recibir una propuesta de matrimonio. Esta ciudad es Venecia.
La estación de tren de Santa Lucía lleva el nombre de la Iglesia de Santa Lucía, que una vez estuvo ubicada en el territorio de la estación. La estación en sí no es como el resto de Venecia. Fue construido en el siglo XIX, por lo que parece bastante moderno. Se considera un hito de la ciudad, habiendo visitado esta estación, un turista podrá sentir el contraste.
La Catedral de San Marcos, construida en el siglo XI, con suelos de mármol rosa, contiene un retablo cubierto de joyas, una obra maestra de la joyería. Esta catedral solía elegir al jefe de la República.
Isla de Murano. Es aquí donde se producen el famoso cristal de Murano y los candelabros venecianos. El vidrio es muy transparente y frágil, lo que indica la buena calidad del producto y su alto costo. Y esto es cierto, los productos hechos con este tipo de vidrio son muy caros, pero si tienes unas pocas docenas de euros extra, tendrás suficiente para un llavero de cristal de Murano.
Canal Grande. Si, subiendo al vaporetto (autobús acuático en Venecia, una forma de transporte público), eliges la ruta más larga y compras un boleto para un día, no una hora, podrás ver casi toda la ciudad. Así como la Plaza de San Marcos y el Gran Canal. Y con todo esto ahorrarás muchísimo, porque un billete de vaporetto cuesta unos 15 euros, y si quieres hacer el mismo recorrido en góndola, tendrás que pagar unos 80 euros en apenas una hora.