Tallin es la capital de la pequeña pero encantadora Estonia. La ciudad se encuentra en la costa del Mar Báltico. Se puede llamar un museo al aire libre que nos ha traído el espíritu de la Edad Media. Las atracciones locales son tan únicas que a veces parece que el tiempo en esta tierra se ha congelado y las multitudes de turistas parecen huéspedes del futuro.
En la capital de Estonia, que en diferentes épocas perteneció a alemanes, rusos, suecos y daneses, hay muchos más monumentos antiguos que en otras ciudades europeas. Se asemeja a un pequeño joyero, donde se recolectan tesoros realmente asombrosos. En esta ciudad, la historia es visible y se siente en todas partes. Es costumbre dividirlo en Ciudad Nueva y Ciudad Vieja. New Tallinn es un puerto bastante grande en Europa y una ciudad industrial desarrollada, mientras que Old Tallinn es un verdadero oasis de la Edad Media. Está cercado de la realidad por un muro de piedra con torres, cada una de las cuales tiene su propio nombre. Sus estrechas y sinuosas calles adoquinadas atraen a muchos turistas a Tallin.
Habiendo hecho un paseo a lo largo de estas calles, puede ver edificios arquitectónicamente asombrosos en los que alguna vez vivió la aristocracia. El centro del Viejo Tallin es la Plaza del Ayuntamiento. Durante mucho tiempo fue un lugar de encuentro de personas, hoy se realizan aquí ferias artesanales y conciertos. Caminando por el casco antiguo de Tallin, verá muchas iglesias, incluida la Iglesia de San Olav y la Catedral de Alexander Nevsky. Además, hay muchos edificios achaparrados con techos de tejas y graneros.
Mientras esté en la capital de Estonia, no puede dejar de visitar el Jardín Botánico local. En su vasto territorio, puedes ver varios miles de tipos diferentes de plantas. Caminando por los invernaderos, arboretos y avenidas del jardín, sin duda repondrá sus conocimientos de botánica.
Tallin es famosa por sus numerosos museos, cada uno de los cuales merece atención. Vale la pena visitar el Museo Marítimo, su exposición le presentará las tradiciones marítimas más ricas de Estonia. A los golosos seguramente les gustará en el museo de dulces de la fábrica de confitería Kalev.
Y, por supuesto, deberías ir a los restaurantes estonios donde degustar el espadín báltico picante, el ruibarbo y la tarta de manzana. Asegúrese de pedir kama: plato nacional de Estonia elaborado con cebada, centeno, avena y leche agria.