Una licencia bien merecida es un período en la vida de cada persona que puede utilizarse para diferentes propósitos. Por ejemplo, para tomar decisiones importantes, para aprender algo nuevo, o simplemente para llevarlo a cabo en completa ociosidad.
Es imperativo descansar, incluso sacrificar tu trabajo favorito, que a veces atrae tanto que te quita la oportunidad de mirar a tu alrededor de vez en cuando. Los empleados demasiado responsables descartan por completo la oportunidad de irse a unas merecidas vacaciones y confían en que sin ellos el trabajo se detendrá por completo. Pero ni una sola empresa se ha detenido por esto, solo ganó, ya que los empleados descansados son más útiles que los empleados cansados y agotados.
La definición de tales adictos al trabajo fue dada por científicos estadounidenses, quienes introdujeron el término médico: síndrome de no licencia. Identificaron los rasgos característicos de estas personas: esto es, en primer lugar, un deterioro del bienestar, que puede provocar un infarto, un accidente cerebrovascular y un cáncer. Los científicos también realizaron un seguimiento de las estadísticas y determinaron que la ausencia de vacaciones anuales de más de 21 días aumenta la mortalidad hasta en un 20%. A este respecto, la conclusión se sugiere a sí misma: ¡el descanso es necesario!
Si las vacaciones están asociadas con condiciones climáticas variables, entonces una visita al médico debería ser obligatoria. El especialista le dará sus recomendaciones y consejos sobre qué medicamentos debe llevar consigo en la carretera. Pueden ser medicamentos para las alergias, antipiréticos y antisépticos, medicamentos para la diarrea y la indigestión. Un botiquín de primeros auxilios debe contener un vendaje, yodo, un parche bactericida y peróxido de hidrógeno. Si el viaje está relacionado con el mar, no se debe olvidar el protector solar.
¿Qué hay que hacer para que el resto esté completo?
El trabajo activo requiere un cambio del estado activo habitual a un estilo de vida más pasivo. Por ejemplo, puede tumbarse y tomar el sol en la playa, leer libros, realizar caminatas lentas al aire libre o hacer un crucero en barco por el río o el mar.
El trabajo sedentario demasiado pasivo debe compensarse con acciones activas. Por ejemplo, realizar actividad física diaria al aire libre. También puede ser nadar, correr y montar en bicicleta. La opción ideal serían unas vacaciones en la montaña, donde hay nieve, esquí, trineos y un aire increíblemente limpio.
Con un cambio brusco en el clima, los médicos recomiendan viajar en tren, no en avión (si, por supuesto, el tiempo asignado para las vacaciones lo permite). Un cambio brusco en la zona horaria también afecta negativamente al cuerpo, lo que implica un cambio completo en el ritmo de vida habitual (sueño y vigilia) y, por lo tanto, una falla completa en el cuerpo. Al ir de viaje a otro país, siempre debe estar preparado para una cocina local completamente inusual para el cuerpo, que puede causar trastornos graves o reacciones alérgicas a frutas y plantas exóticas.
No debes arriesgar tu salud comprando alimentos en los puestos callejeros, es mejor hacerlo en tiendas especializadas, donde la calidad está garantizada y hay refrigeradores para guardar. El agua debe comprarse en botellas. Es difícil juzgar sobre las bebidas alcohólicas, porque casi nadie resistirá la tentación de probar el vino, la cerveza y otros licores locales, pero es deseable que estas muestras sean con moderación.
Un descanso pleno y lleno de acontecimientos es maravilloso porque no solo es una fuente de una gran reserva de energía, que es suficiente hasta las próximas vacaciones, sino que después de ese descanso hay muchos buenos recuerdos.