La Gran Muralla China es uno de los monumentos arquitectónicos más famosos de China y sirve como una especie de símbolo del poder del pueblo chino. Sus estructuras de piedra se extendían desde la bahía de Liaodong a través de las tierras del norte del país hasta el desierto de Gobi. La construcción de las fortificaciones comenzó antes de nuestra era, durante el Período de los Reinos Combatientes, y continuó durante muchos siglos después. La función principal del muro era proteger a China de las incursiones nómadas.
Según los resultados de la investigación realizada por la Administración Estatal de Patrimonio Cultural de China en 2007, la longitud total del muro fue de 8, 85 mil kilómetros. Sin embargo, durante este trabajo, los arqueólogos midieron solo las áreas construidas durante la dinastía Ming (1368-1644).
Varios años después, se retomó la actividad de los científicos para medir la longitud del monumento. Se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas a gran escala en el territorio de 15 provincias, donde se ubicaron fortificaciones. En 2012, la Agencia Estatal del Patrimonio Cultural de China anunció oficialmente que la longitud total de la Gran Muralla China es de 21.196 kilómetros y 18 metros. Actualmente, solo el 8,2% de toda la longitud de la estructura conserva su aspecto original, el resto de las fortificaciones resultaron gravemente dañadas o prácticamente destruidas.
En términos de soluciones de ingeniería y la naturaleza de las estructuras defensivas, la Gran Muralla China se puede atribuir a los edificios del más alto nivel. Objetos de la Gran Muralla China como Badaling, Mutianyu, Simatai en Beijing son lugares de peregrinaje masivo para los turistas. La mayor parte de la muralla, construida durante la dinastía Ming, está hecha de ladrillos y losas de piedra. La altura promedio de las secciones restantes de la pared es de 7-8 metros y el ancho es de 4-5 metros. La parte exterior de las fortificaciones es unos 2 metros más alta que la parte interior. Hay numerosas ventanas de observación y aspilleras en la pared.
En 1987, la Gran Muralla China fue catalogada por la UNESCO como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad. Este antiguo monumento arquitectónico atrae la atención de turistas de todo el mundo. Una rara excursión a la República Popular China puede prescindir de visitar una estructura tan grandiosa. Los propios chinos dicen que la historia de este muro es la mitad de la historia de China, y es imposible entender China sin estar en el muro.