El Tíbet es un bastión del budismo, un país asombroso con tradiciones inusuales, una naturaleza magnífica y una atmósfera religiosa majestuosa. El Tíbet hoy pertenece a China, aunque en él viven representantes de otra nación: el pueblo mongoloide de los tibetanos. El Tíbet es un centro de peregrinación que atrae a seguidores del budismo de todo el mundo.
Tíbet: hechos sobre el país
El Tíbet es parte de China llamada Región Autónoma del Tíbet. Es un vasto territorio, que cubre un área de más de un millón de kilómetros cuadrados y alberga a unos tres millones de personas. La mayoría de ellos son tibetanos, también hay chinos, loba, menba y otros pueblos. El tibetano es diferente del chino, aunque pertenece al mismo grupo lingüístico.
El Tíbet se encuentra en lo alto de las montañas, la altura promedio de este país sobre el nivel del mar es de unos 4 mil metros. Está ubicado en la meseta tibetana, rodeado por las montañas del Himalaya más altas del mundo. Los lugareños están acostumbrados a vivir a esa altitud, pero los turistas tienen que acostumbrarse al aire.
El clima del Tíbet es típico de las regiones montañosas: fluctuaciones bruscas de temperatura, temperaturas medias anuales bajas, vientos fuertes y una gran cantidad de sol brillante y brutal. El clima cambia tan rápido que puedes ver las cuatro estaciones en un día. Pero la naturaleza aquí es magnífica: picos rocosos cubiertos de nieve encabezados por el majestuoso Everest, lagos azules transparentes, amplias llanuras y estepas alpinas. Antiguos monasterios budistas, templos antiguos, una atmósfera de religiosidad y tranquilidad se suman al encanto del Tíbet.
Historia y cultura del Tíbet
El Tíbet se desarrolló por separado de China, este país no tuvo logros tan sobresalientes, vivió su propia vida, estando interesado principalmente en el budismo. La figura más famosa del Tíbet fue el rey Songtsen Gampa, quien difundió la religión por sus territorios. Por iniciativa suya, se construyeron los templos Ramoche y Jokhang, el magnífico Palacio Potala, que se encuentra en la capital, Lhasa, y muchos monasterios.
El país ha sido gobernado desde 1578 por los Dalai Lamas, la encarnación del bothisattva de la compasión en el Tíbet. En 1949, las tropas chinas invadieron el país y diez años después, el Tíbet fue invadido. El Dalai Lama tuvo que huir a la India, donde fue el gobernante de facto de la región autónoma durante muchos años hasta que renunció al poder.
La invasión china afectó gravemente a la cultura del Tíbet: la institución del Dalai Lama quedó prácticamente destruida, muchos monasterios resultaron dañados y el patrimonio religioso y cultural sufrió graves pérdidas. Sin embargo, el Tíbet sigue siendo uno de los países más inusuales y exóticos del mundo. El arte antiguo está vivo aquí, se han conservado magníficos ejemplos de arquitectura única aquí, la medicina popular tibetana todavía florece aquí y muchos tibetanos todavía se adhieren a las tradiciones antiguas.