Vida marina exótica, arrecifes de coral, rayos del sol que atraviesan las capas de agua: el mundo submarino está plagado de muchas bellezas. No es de extrañar que cada año más y más personas vayan de vacaciones a bucear. Sin embargo, el buceo, además de un gran placer, está plagado de peligros.
El mar es un entorno antinatural para los humanos. Por lo tanto, debe prepararse para la inmersión con la mayor seriedad, siguiendo las recomendaciones del instructor. De lo contrario, un buceador sin experiencia puede tener problemas.
La dolencia más común es el barotrauma, daño causado por cambios de presión durante la inmersión o el ascenso. Los órganos internos se deforman, tratando de adaptarse a nuevas condiciones. Es en este momento cuando los buceadores se lesionan con mayor frecuencia.
Durante una inmersión brusca, el buceador puede experimentar molestias, dolor agudo o zumbidos en los oídos. Así es como se manifiesta el barotrauma del oído medio. Si el desafortunado nadador continúa buceando, podría resultar en una ruptura del tímpano. En un curso de buceo, los instructores experimentados enseñan a los principiantes cómo soplar aire para evitar el barotrauma.
Cuando se ingiere aire, puede ocurrir un barotrauma del tracto intestinal. Durante el ascenso, la burbuja de aire se expande, provocando fuertes dolores y vómitos. Esto suele ocurrir durante el ascenso.
El barotrauma de los dientes tampoco es infrecuente. Los buzos propensos a las caries, que tienen caries o empastes de mala calidad en sus dientes, se acumulan con esto. Durante el ascenso, se ejerce presión sobre el nervio dentario, lo que puede provocar un dolor intenso.
Sin embargo, el más peligroso es el barotrauma pulmonar. Un buceador sin experiencia que no exhale aire durante el ascenso puede experimentar un dolor severo en el pecho. El barotrauma puede provocar la ruptura del pulmón o una embolia gaseosa: las burbujas de aire ingresan al torrente sanguíneo y esto, a su vez, puede ser fatal.
Los recién llegados al buceo pueden experimentar la llamada "intoxicación profunda", euforia causada por la acción del nitrógeno. Esto a menudo empuja a los buceadores sin experiencia a un comportamiento inapropiado, lo que, a su vez, puede tener consecuencias irreparables.
Si su inmersión es exitosa, salió a la superficie y se siente bien, tómese su tiempo para relajarse. Recuerda que un día más después de la inmersión, no puedes volar en avión, de lo contrario corres el riesgo de sufrir el mismo barotrauma, pero ya a altura.